1.2.10

SENTADO

Ocupado, casi nunca. Uno puede llegar a pensar que el barco en el que vamos todos a pique está a punto de zozobrar y hundirse sin remedio en un plazo muy corto. Pero día a día y semana tras semana el barco sigue despacio en la calma de un océano sin oleaje; aguas tranquilas para un epitafio asegurado. En definitiva, todo un misterio que no podemos resolver los que vivimos 5 pies por debajo de las decisiones. No encuentro por ningún lado la emoción de dedicarme a algo que me entusiasme ¿acaso habré muerto por dentro? ¿Acaso la motivación que me espera no tiene nada que ver con lo que me entusiasmaba en su día?. No tengo ni idea de cómo se afronta una decisión que realmente tiene valor, supongo que se trata de afrontar y se acabo. ¿A donde voy sin motivaciones?. Creo que se trata de un pequeño agujero negro que trata de absorber toda iniciativa. Pude parecer, leyendo esta quejumbrosa retahíla de sollozos repugnantes, que estoy completamente acabado. Ni hablar. Me gusta lo que hago y a veces estoy un día entero con asuntos que realmente valen la pena. Editando por aquí o poniendo una máscara por allá... Pero no encuentro el modo de hacer lo que realmente me gustaría. Una labor creativa que no llega a salir debido al exceso de pereza y a una saludable mediocridad que me reboza de pies a cabeza. He de reconocer que hay días que me levanto cabreado declarando desde mi terracita que ese día merecerá la pena, pero una vez entras en un tren, autobús o metro y la sola presencia de miles de caras largas hacen que tu propuesta de liberación matutina se convierta en un soporífero bostezo de resignación. Pienso en la mierda de salario y en las horas que paso en este zulo y ¡zas! se desvanece toda oportunidad de renovación.
Pero amigo, por ello sigo sentado, porque de momento no soy capaz de remontar esa marea de pereza que atiza mi barquito.