Llegando al final de este experimento me he topado con una agradable sorpresa, una película a caballo entre el western y una película de cazadores y cazados. La historia es más bien sencilla, unos capullos quedan para cazar en una casa cerca del desierto, uno de ellos abusa de la amante del más guapo. Aquí empieza ya la estopa porque la violencia implícita tan solo en la actitud del depredador sexual antes de la agresión presagia lo que vendrá. El resultado es que los capullos se quieren deshacer de la chica haciendo que su crimen carezca de importancia. Lo que no se esperaban es que Jen, que así se llama ella, aguantase el tipo y sobreviviese.Diré que todos en esta película gozan de un estupendo aguante físico ante el dolor, las heridas mortales y otros detalles. A partir de ahí vemos como continuamente hay un juego de cazador-presa que se desarrolla durante toda la trama y que ya anticipa el primero en caer "utilizo la táctica de creer que la presa me tiene a su merced". Vemos como Jen se recupera de sus heridas de forma salvaje y alucinatoria (peyote mediante) y desde ese mismo momento se convierte en la pesadilla de los dos amigos supervivientes. Pero una de las cosas interesantes que plantea la película es la forma de desarrollar los instintos de Jen, a caballo entre una lucha por su supervivencia y una ira desatada hacia sus agresores, siendo eficaz, agresiva pero también vulnerable como lo sería cualquiera que no tenga un entrenamiento específico. Con unas escenas de acción bien resueltas y un estilo visual eficaz, la historia funciona de manera que no perdamos el interés en ningún momento pese a lo limitado que pueda parecer la premisa y acaba en un duelo bastante efectivo en el que vemos atrapados a los supervivientes como un gato y un ratón en un laberinto doméstico. Cabe destacar un magnífico plano secuencia muy oportuno preparando el desenlace. Funciona también como alegato feminista desde el principio planteando una crítica a diversos estereotipos que objetualizan a la mujer y que ejercen su poder ante alguien que consideran muy por debajo de su ego, en ese aspecto me parece que la película es una patada certera al machismo tan presente en nuestra sociedad y que arroja un poquito de luz, y sin ser nada panfletaria, sobre la violencia subyacente que puede esconderse tras el llamado "micromachismo".
En definitiva me parece una película más que aceptable, con una buena dosis de sangre y heridas preocupantes que sangran de forma copiosa.