OJO SPOILERS
Y vayamos a Logan, de James Mangold, director de Copland, y En la curda floja. Bueno, la cosa promete. La acción comienza con Logan como empleado de limusinas en el año 2029, el profesor Xavier y Caliban, un mutante experto en rastrear otros iguales Viviendo en una ruinosa y madmaxiana fábrica de acero. En el otro lado del cuadrilátero una empresa multinacional paramilitar entregada la la eugenesis de nuevos mutantes. Bueno, hasta ahí todo bien. Dejemos de lado lo más obvio. Un personaje como Lobezno, en uno de sus momentos más coléricos y agresivos demuestra que la rabia vende. Pero el tema principal de la película es la búsqueda de una identidad mientras que sale a la palestra el relevo generacional de los x-men. Lobezno ha dejado tan atrás su pasado que incluso las historietas de mutantes son parte de una mitología extinta. Pero la aparición de Laura obliga a Logan a vivir una aventura con un profesor X enfermo y arrepentido que trata de guiar a Logan en su infierno particular. Y es cuando vemos que Lobezno nunca será un buen lobo solitario y que su compromiso con la protección de la camada mutante siempre será su faceta más humana. Escribir sobre Logan no va más allá de lo que pongo aquí, en fin, debo verla una vez más, pero creo que merece la pena prestar la atención a este héroe demacrado y en sus últimos días.
Sobra decir que aunque no fui consciente de la mayor parte del metraje, es una película que merece la pena no solo dentro del catálogo súper heroico, sino en la filmografía actual.
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