28.4.13

El último día en Terrazonia

El eco de mis pasos resuena gélidamente en mis oídos, un montón de cajas se esparcen en el salón que otro día estuvo lleno de vida, ya no está el sofá donde sentarse, la televisión está desconectada, la videoconsola atrapada en una caja de cartón y sólo existe un vacío crepitante allí donde otro día hubo vida.

Me he refugiado en el último reducto de Terrazonia, en la última habitación que guarda la calidez que una vez impregnó esta casa. Durante unos minutos pienso en los recuerdos que permanecerán en estas paredes, la memoria permanece con la persona, pero el recuerdo se impregna en los objetos y lugares donde se dio la vivencia, dónde el surco de la vida hizo fluir experiencias y momentos maravillosos. Son tantas las cosas que sucedieron aquí que es imposible evocarlas en un sólo texto. Aquí creció Niko y vimos aquel primer mundial que España ganó, aquí recibí dos de las noticias más importantes de mi vida y en esta casa disfruté más que nunca en la vida de la compañía de mis amigos. Dejar atrás todo eso es duro porque cuando te marchas de tu primer hogar, sabes que nunca volverás a ver esas paredes que te susurrarán que fuiste feliz allí, no, el espacio se perderá en el tiempo y tan solo quedará la memoria para abrazar todo lo que viviste aquí. Al fin y a la cabo todo consiste en desprenderse y mirar hacia adelante, a veces es mejor esperar días mejores que lamentarse con lo que dejamos atrás. Pero poco a poco la esencia del recuerdo va desapareciendo, los muebles van deconstruyendo las conexiones que pudieran tener en la memoria y el surco de vivencias se va cerrando y dejando tan sólo eco de pisadas y estancias vacías, las marcas que pudieran existir se pintan de nuevo, los taladros y agujeros desaparecen, todo vuelve a su estado original y una nueva casa se presenta como el recipiente de tus nuevos recuerdos. De todos modos, pese al naufragio de la memoria, este lugar fue conocido como Terrazonia.

1 comentario:

  1. Un precioso texto para cerrar tu círculo y comenzar tu duelo.
    Es el panegírico de una etapa de tu vida.
    Una se cierra y se abre otra.
    Sólo de ti depende disfrutarla con intensidad, minuto a minuto.
    Lánzate.
    No hay nada por lo que lamentarse.

    ResponderEliminar